Por
Hugo Rodríguez
Magdalena Leonel de Cervantes
Ruvalcaba es una de las actrices de doblaje más reconocidas a nivel Hispanoamérica.
Tal vez el nombre no sea tan reconocido, pero si uno cierra los ojos y escucha
su voz, es probable que le remita a series tan importantes como Dra. Quinn: Mujer médico, o a personajes
como la aguerrida Cheetarah de la serie de dibujos animados Thundercats, o la Princesa Leia en la
saga de culto La Guerra de las Galaxias o incluso si nos transportamos a la
actualidad nos sorprendería escuchar a la elegante Bree Van de Kamp de Esposas Desesperadas.
Sin embargo el trabajo de
Leonel de Cervantes no sólo ha quedado ahí, sino ha traspasado el trabajo
actoral y le ha tocado ser quien dirija el doblaje de proyectos importantísimos
como Tiburón, Aeropuerto, Selena, Shogun, Como perros y gatos, Volver al
futuro, etc.
Es hija de dos pioneros del
doblaje en el mundo (México es la cuna del doblaje), Raúl Leonel de Cervantes
(locutor y presentador de televisión) y Magdalena Ruvalcaba (guionista,
periodista, actriz y directora de doblaje). Es hermana de la también actriz
Enriqueta “Queta” Leonel de Cervantes, famosa por dar voz a la Detective Olivia
Benson en La Ley y el orden: Unidad de Víctimas Especiales y por ser la voz
institucional del canal de televisión Discovery Home & Health. Es madre del
actor y director de doblaje, Arturo Mercado Leonel de Cervantes, voz oficial de
Mickey Mouse desde hace 10 años, y el segundo director con más proyectos de
doblaje para cine (theatricals), sólo después de Ricardo Tejedo. Es ex-esposa
de Arturo Mercado Chacón, uno de los actores con mayor versatilidad en el medio
y con mayor trayectoria, y famoso por ser voces de innumerables personajes de
la pantalla grande, siendo Simba de El Rey León, el más popular. Es cuñada de
Juan Antonio Edwards, actor reconocido internacionalmente y que también ha
incursionado en doblaje. Y tía de Érica Edwards (hija de su hermana Queta),
quien actualmente es la voz promocional de Discovery Home & Health al lado
de su madre, y además da voz a Gabrielle Solís (Eva Longoria) en Esposas
Desesperadas, al lado de su tía.
En esta ocasión quisimos
conocer más sobre su historia y experiencia en el doblaje abarcando temas desde
familiares hasta empresariales, así como conocer su opinión y visión sobre las
antiguas formas de realizar esta profesión, así como su evolución.
Hugo Rodríguez: ¿Qué se
siente nacer entre estos personajes tan importantes para la radio, la televisión
y el doblaje como lo fueron Don Raúl Leonel de Cervantes y la Señora Magdalena
Ruvalcaba?
Magdalena Leonel de Cervantes: Es
una sensación muy hermosa, pero a la vez algo natural para mí. Mi padre siempre
decía, cuando llegaba por nosotros a la escuela o mis compañeras a pedirle
autógrafos, que teníamos que admirar más todavía a los papás arquitectos, ingenieros,
contadores o médicos, que él sólo explotaba un don que Dios le había dado y que
no teníamos por qué sentirnos mejor ni mucho menos. Aunque quiero decirte que por
profesión, él era contador público y mi mamá, corresponsal de noticias.
HR: ¿Es distinto crecer con
padres famosos?
MLdC: En la época en que
mi papá era muy famoso, y yo muy jovencita, los medios eran muy discretos. Eran
personas muy condescendientes con el que era famoso. Y sí, cada vez que íbamos
a comer o salíamos a algún lado, muy discretamente había gente se acercaba a
pedir un autógrafo, sobretodo a mi papá porque él era el más conocido.
A mi mamá como trabajaba en
radio o doblaje no la conocían tanto. Recuerdo que mi padre, para dar el
autógrafo, siempre siempre se levantaba, se ponía de pie. En ese entonces no
era un acoso, era algo muy respetuoso, no te hacía sentir incómodo, no te
sentías agredido o invadido en tu privacidad.
HR: ¿De sus padres, quién
entró primero a los medios de comunicación?
MLdC: Realmente mis papás
empezaron juntos. Mi papá era contador público en una empresa muy importante,
Constructora Técnica, que construyó los supermercados Sumesa, y criticaba mucho a los locutores porque a su parecer hablaban
cantado y tenían algunos vicios. Como él se había criado en los Estados Unidos,
gustaba del estilo de allá. Entonces un día, criticando, mi mamá le dijo: “Pues
si eres tan bueno, ¿por qué no lo haces
tú?”, y le picó la cresta (RISAS).
Y entonces él empezó a
estudiar el reglamento de comunicaciones, la Ley Federal de Radio y Televisión,
y mi mamá lo ayudó. Entonces cuando mi papá estuvo listo, mi mamá también, y
presentaron el examen juntos.
Mi mamá empezó a trabajar en
una radiodifusora que se llamaba Radio
Femenina con la hija de Tomás Perrín. Y mi papá empezó en una que ahora no
recuerdo el nombre, pero después vino Radio
Mil que fue donde tuvo el exitazo, y así empezaron los dos.
Por conocidos fue que mi madre
entró a doblaje cuando éste recién empezaba y llegaban los primeros grupos de
actores provenientes de Nueva York (donde habían sido previamente capacitados).
Mi papá se enfocó en radio y televisión, aunque también llegó a hacer doblaje,
Walt Disney, por ejemplo, es uno de sus trabajos más reconocidos.
Y mi mamá también hizo grandes
cosas, fue una mujer sumamente talentosa, escribía novelas de radio, fue
maestra de ceremonias cuando en aquella época una mujer haciéndolo, ni de
broma, dirigía doblaje, lo actuaba, era muy completa, y además tenía una voz
hermosísima, un registro muy especial y un color de voz muy particular.
Morticia Addams es de las cosas que más se le conocen.
HR: ¿Cómo era el papel de la
mujer en el doblaje?
MLdC: Yo siento que
siempre ha sido muy digno. Nunca supe que existiera eso de marginar a la mujer
porque mi papá era un hombre muy avanzado a su tiempo. En el doblaje tampoco
sentí nunca discriminación.
Tal vez no se acostumbraba que
la mujer dirigiera, mi mamá fue la primera mujer directora de América Latina.
Pero yo no siento que, al
menos en lo que a mi me tocó de vida dentro del auge que hubo del doblaje o lo
que le tocó a mi mamá, haya habido discriminación, no, o al menos yo no me
enteré de ella. Siempre fue muy bonito el trato hacia la mujer, muy respetuoso.
Algo muy curioso fue que al
año de haber entrado a doblaje yo ya dirigía. Sí fue una cosa extraña, creo que
soy la directora, o la mujer o la actriz que, incluyendo a los hombres, ha
empezado a dirigir más rápido que nadie, porque al año de haber entrado, no te
sueltan una película importante y tampoco trabajas para dos empresas, trabajaba
yo entonces para Candiani (Candiani
Dubbing Studios) y para Sonomex (Sonomex
Doblajes, S. A.).
HR: ¿Cómo fue ingresar siendo
hija de dos personas tan respetadas en el medio?
MLdC: Bueno, para empezar
las expectativas eran enormes. Recuerdo, que el maestro Fernando Álvarez (hijo
de la cantante Sofía Álvarez) adoraba a mi mamá, le decía “mi eximia actriz”, entonces
cuando el papá de mi hijo (Arturo Mercado Chacón) me presenta con él, me dice:
“Pues vamos a ver, porque el talento no se hereda, eh...”, entonces era muy
fuerte el que te estuvieran comparando con tu mamá, y más porque en ese momento
mi mamá era una estrella.
Yo entré al doblaje ya grande
(30 años) y fue a insistencias de mi madre, porque yo no era actriz ni tenía la
menor intención de pertenecer al gremio (RISAS), pero como era la única que no
estaba en esto, ella insistió en que estaba yo muy alejada, que hablaba otro
idioma al que hablaba mi familia, y entonces le hice caso y fui.
HR: ¿Y cómo era el ingreso, a
comparación, de una persona promedio?
MLdC: En ese sentido,
como en muchas partes, existía la elite, de que: “Somos un grupo nada más y no
vamos a permitir que ustedes entren…”. Hubo muchos compañeros a los que vi
sufrir muchísimo porque les hacían pasar malos ratos y pagar cara la osadía de
querer aspirar a ser actores de doblaje. De que había dureza para entrar,
definitivamente, y para ambos sexos.
HR: Antes de hacer doblaje,
¿a qué se dedicó?
MLdC: ¡Ay, a mil cosas,
mi vida! Desde secretaria ejecutiva bilingüe, que es lo único que sí sé que soy
porque tengo un título que lo avala (RISAS), y vender productos AMWAY,
HomeCare, etc., y profesora de Taquigrafía
en Inglés y Personalidad Secretarial
en la Academia Maddox durante ocho
años. Nada que ver con lo que hacía mi familia.
HR: ¿Cómo fue su primer
contacto con el medio?
MLdC: El papá de mi hijo
cantaba en la orquesta de Ismael Díaz y yo siempre lo acompañaba, y un día
falló una de las personas del elenco e iban a multar al maestro por no llevar
el grupo completo, entonces me dijo: “Magdita, tú vienes siempre, tú ya te
sabes las cosas, eres afinada… ¡pues canta!” (RISAS), y ahí debuté en Pedro
Escobedo, Querétaro.
Y entonces ese fue mi primer
contacto, y poco a poco entré a opereta, zarzuela, a hacer comerciales
cantados, me puse a estudiar canto, y lo tomé muy en serio, dimos conciertos,
en fin.
Pero seguía siendo maestra,
sólo los fines de semana me disfrazaba de artista, entonces íbamos a cantar a
diferentes lugares en México, hoteles, fiestas de gente muy importante que
podía contratar una orquesta, eventos en el Teatro Libanés, etc.
HR: ¿Ha cambiado el doblaje
más allá de lo tecnológico?
MLdC: Pues mira, a mí me
ha tocado pasar por muchos sistemas, no sólo técnicos sino actorales, pero en
esencia no creo que haya cambiado mucho. Tal vez algunos conceptos de lipsync,
o que te quede perfectisisísimo (sic). A veces algunas personas intentan
descubrir el hilo negro, y pues no.
Cuando yo era niña, la
actuación era lo más importante, no tanto que no importaran las labiales (movimientos
“labiales” de la boca: letras m, p, b.), pero si tú ves películas de hace
muchos años como Los Locos Addams, Mi bella genio, etc., verás que te divierte
mucho el oír a los actores hablando como gente común y corriente, a diferencia
de ahora que tenemos un “dejito” de
doblaje extraño donde tendemos a alargar y de llegar a los finales o a cantar,
e imitar mucho al idioma que estemos doblando, en cuanto al acento.
Y la maquinaria con la que se
graba también ha influido un poco. Nunca será igual grabar al lado de un
compañero que te está dando tonos, que te está dando pies, a tu solito irte
sobre un sólo track, eso está comprobado. Tú puedes hacer una buena actuación
pero como la hubieras hecho teniendo a un buen compañero de atril no, nunca.
Eso es imposible.
HR: ¿Cuántas empresas de
doblaje había en ese momento?
MLdC: En ese entonces
estaban CINSA (Cinematográfica
Interamericana, S.A.), Oruga (Compañía
Latinoamericana de Doblajes y Servicio
Internacional de Sonido, ubicadas en calle Oruga, de ahí el sobrenombre),
Rivatón (Rivatón de América, S.A.),
Sonomex de los hermanos Rodríguez (que más tarde se volvería Estudios Sonoros Mexicanos y finalmente Procineas SLC), y empezaba la del Señor
Carlos Salgado (Producciones Salgado)
que estaba en Churubusco. Pero las grandes eran CINSA, Oruga, Rivatón y
Sonomex.
HR: ¿Cuándo se funda
Procineas SLC?
MLdC: Procineas (Sociedad Cooperativa de Producciones Cinematográficas
y de Adaptaciones Sonoras) se formó a principios de 1982 debido a que hubo
un problema con el STIC (Sindicato de
Trabajadores de la Industria Cinematográfica), de técnicos.
El dueño de la empresa (Enrique
Rodríguez López Montoya, segundo esposo de Magdalena Leonel), tenía una sola
sala de grabación, quería abrir otra, pero que las mismas personas que estaban
adjudicadas al proceso técnico de una sola sala, pudieran hacer el trabajo en
dos, eso les iba a reportar más dinero, pero el STIC no lo permitió.
Entonces él decidió romper con
el sindicato y hacer su propia compañía con sus técnicos, los que él ya tenía
de toda la vida, porque esta empresa viene de los hermanos Rodríguez, quienes
grababan todas las películas de Pedro Infante, esto era una cosa adicional, no eran
ningunos desconocidos, ni advenedizos en este campo.
La ANDA por consiguiente se
toma del brazo con el STIC para darle apoyo y quita el servicio de actores, y
la empresa se queda sin actores, excepto los que quisimos quedarnos, pero entonces
la ANDA nos castiga.
Y entonces empezamos a
trabajar con lo que había, que era un sindicato de actores independientes, muy
lindos, muy capaces, no todos sabían doblaje pero siempre entraron a hacer lo
mejor que pudieron y lo hicieron muy bien, y la empresa salió adelante como
cooperativa independiente.
HR: ¿Ha cambiado el cine
desde el punto de vista del actor de doblaje?
MLdC: Es curioso, a mí
gustándome tanto el doblaje, no me gusta nada el cine. Las únicas películas que
veo son en las que me toca trabajar (RISAS). ¡No, no es cierto, no tanto!
Por supuesto que ha cambiado
el cine, su concepto, la forma de filmación, todo, sí ha cambiado, y a mí me
parece que para bien. Yo creo que lo importante no es tanto el cambio, sino la
evolución.
La vida va evolucionando, y al
evolucionar, cambia. Y sin decir que algo es bueno o malo, fue funcional en su
momento. Nos ha tocado doblar películas antiquísimas buenísimas y antiquísimas
malísimas.
Las actuaciones varían, ya son
más ágiles, más rápidas, el cine también ya es menos lento, pero sin catalogar si
es bueno o malo, sino simplemente diferente.
HR: ¿Y en cuanto a las
series?
MLdC: Eso sí ha sufrido
mayores cambios, antes se acostumbraban mucho las películas de media hora, como
Mi bella genio, Los Locos Addams, y actualmente se ha extendido y la mayoría son de
una hora, que podrían ser ER, Esposas Desesperadas, La Ley y el orden, etc.
HR: Muchísimas gracias por su tiempo, le agradecemos infinitamente que
nos haya concedido esta entrevista.
MLdC: Gracias a ustedes, mi vida, fue un placer.
Así es como una de las grandes
divas del doblaje nos da un recorrido por el siempre sorprendente mundo del
doblaje, regalándonos este desfile de estrellas y recuerdos, datos y nombres,
que sin estos increíbles seres que tienen a bien compartir sus experiencias,
quedarían enterrados en el desconocimiento o incluso el olvido del ciudadano de
a pie.
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