Por Hugo Rodríguez
Mucho se habla en doblaje
acerca de los “startalents”, pero ¿qué son realmente estos extraños y confusos
seres con tan simpático nombre? Bueno, son básicamente, gente nueva. Así de
sencillo, gente nueva haciendo doblaje.
Un startalent es usualmente
una figura pública que incursiona en el medio del doblaje como un truco de mercadotecnia.
Se supone que cuando la gente se entera de una nueva película, se sentirá más atraída
si la voz de uno de los personajes, pertenece a un famoso. Si funciona o no,
eso no es algo de lo que hablaremos en esta crítica.
Todo mundo tiene derecho de
trabajar en lo que sea, incluido doblaje. Sin embargo nadie quisiera que el
carnicero nos hiciera una cirugía muy especializada de columna, ¿cierto?
Entonces por qué habríamos de aceptar que alguien de una especialidad
totalmente distinta haga el trabajo de alguien que ha llevado una preparación
de muchos años (los estelares no los hace cualquier actor, sino aquel con la
experiencia suficiente para hacer un excelente trabajo), mucho esfuerzo y que
además jamás se le ha otorgado crédito alguno, más allá de las pocas personas
que se interesan en saber quién dobló a qué personaje.
En sí no se trata de si es o
no famoso, se trata de la calidad del trabajo. ¿Cuál es la diferencia entre un
actor de fama nacional que jamás ha realizado doblaje, y un recién egresado de
la carrera de pedagogía que tampoco nunca ha realizado doblaje? Ninguna, ¿no?
Ese es el punto.
El proceso natural de un actor
de doblaje comienza con la actuación. El doblaje como tal, es una
especialización de la actuación (tampoco nada tiene que ver con la radio ni la
locución). Posteriormente el actor cuando ha logrado entrar en una empresa de
doblaje, será llamado para AMBIENTES, esto es, las voces de fondo en las
películas, tal vez un hospital, un restaurante, etc., que se graban todos los
actores al mismo tiempo. Conforme el actor crece, dejará los ambientes para
realizar pequeños personajes, Policía 3, Voz Hombre Radio, Voz Mujer, y así
sucesivamente.
De acuerdo al avance del
actor, se le brindan oportunidades de realizar papeles un poco más grandes,
hasta llegar a tener personajes fijos en series, y así hasta los estelares. Sí,
es un proceso larguísimo, pero que sienta las bases para ser un buen actor de
doblaje, cada escalón lleva al siguiente, los ambientes dan la soltura de la
persona, esa soltura ayuda a hacer papeles de dos o tres frases, que juntando
muchas de esas frases se podrán realizar papeles más y más grandes. De modo que
no es ni será natural que una persona nueva realice un personaje estelar, sea
famoso o no.
Ha habido casos que llaman “excepciones”,
y el caso de Eugenio Derbez, conocido cómico mexicano, era uno de ellos. Todo
mundo aplaudió en su momento su personificación de “Burro” en Shrek, y creyeron
que era una maravilla. Pudo ser. Pero cuando tuvo que encarnar al actor Jim
Carrey en “Sí, Señor” fue de las mayores decepciones dentro del público. Eso, y
que Jim Carrey no sonaba a él, pues siempre ha tenido la voz de Mario Castañeda
(conocido por ser la voz de Gokú en Dragon Ball). ¿Pero alguien sabe quién es
Mario Castañeda? No.
Dejemos al experto que haga su
trabajo, respetémoslo y démosle su crédito. Después de todo, ¿es su chamba, no?
Ya lo dijo Benito Juárez en su
discurso de aceptación al Óscar la semana pasada:
“Zapatero a su zapato…”. O
algo así.
Bien....
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