miércoles, 15 de febrero de 2012

Caballo de Guerra 
Por Hugo Rodríguez 

Redes sociales: ¿El quinto poder? 

Hace unos días el empresario Miguel Sacal Smeke fue ingresado al Reclusorio tras cumplimentarse una orden de aprehensión en su contra, en la que se le responsabiliza de lesiones graves en perjuicio del valet parking Hugo Enrique Vera. 

Como recordaremos este caso de prepotencia se propagó por todas las redes sociales de forma viral, pues era una muestra de indignación y coraje por la manera en que muchos “influyentes” actúan en contra de la clase menos favorecida. 

A ciencia cierta no sabemos cuántos casos como el de Hugo Enrique Vera ocurren diariamente. Mucho menos cuántas personas son víctimas de agresión por parte de los “poderosos” de las grandes ciudades. Lo que sí es un hecho es que en los tiempos actuales las redes sociales, YouTube y Twitter, por ejemplo, son una gran arma que nos permiten denunciar y alzar la voz. 

Así ocurrió con las llamadas “Ladies de Polanco”, quienes agredieron verbalmente a unos policías al llamarlos “asalariados”. O también tenemos el caso de la hija del candidato tricolor a la presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, quien replicó un mensaje de la cuenta de su novio en la que llamaba “pendejos” y “prole” a todos aquellos que se mofaron por el desliz de su padre en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara. 

También debemos recordar que una vez difundido ampliamente el video donde se ve a Miguel Sacal golpear al valet parking, salió a la luz otro video donde el empresario agrede a un reportero de un periódico. 

Y no solamente casos de este tipo podemos seguir en las redes sociales, también tenemos el ejemplo de la reciente revolución en Egipto, donde Twitter fue pieza clave y fundamental en la organización que llevó al derrocamiento de Hosni Mubarak. 

Cada día más personas se unen a las redes sociales y se integran a este nuevo modelo de comunicación que a muchos nos permite no sólo contar nuestro estado de ánimo o cosas superficiales, sino también denunciar y exigir sobre asuntos en los que no estamos de acuerdo o que nos llenan de terror, miedo o indignación. 

Existen muchísimos ejemplos: el caso del funcionario federal de la Secretaría de Desarrollo Social que escribió en su muro de Facebook que las indígenas olían mal, lo que desató la furia de varias personas y motivó su despido. 

Igualmente en YouTube se difundió el video de una mujer, Nancy Rojas Pastelín, en la que ella misma denuncia ser víctima de acoso por parte de un guardia de seguridad del edificio donde vive y que las autoridades no quieren hacer nada al respecto porque no ha sufrido una agresión en sí. 

O, en el plano internacional, la publicación de una foto de la hija de Chávez en la que sostiene varios dólares, la misma que meses atrás también había causado molestia por otra foto en la que se le ve junto al ídolo juvenil Justin Bieber en pleno aeropuerto de Venezuela. 

Y bueno, la lista es enorme, pero esto es sólo una muestra de que los ciudadanos de a pie, hoy por hoy, gracias a las redes sociales podemos hacerles notar a políticos y “poderosos” que no estamos de acuerdo en muchas cosas y que nos indigna y molesta su frívolo actuar. 

Piensen en eso antes de dormir.

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